Críticas
«Emily», la hermosa película de Frances O’Connor sobre la escritora Emily Brontë
Si la vida es difícil hoy en día, más aún lo era en el año 1845, cuando la joven Emily Brontë comenzó a escribir su primera y única novela, «Cumbres borrascosas», que saldría publicada en diciembre de 1847 sin apenas reconocimiento alguno para su autora en vida. Actualmente es considerada un gran clásico, una obra maestra del romanticismo inglés que ha sido numerosas veces llevada al cine, destacando una soberbia adaptación dirigida en 1939 por William Wyler y protagonizada por Merle Oberon, Laurence Olivier y David Niven.
Sólo unos meses después de la publicación de la novela, en septiembre de 1848, fallecería su hermano Patrick Branwell, tras lo cual Emily cayó enferma. Dos meses después de esa pérdida, en diciembre de 1848, la propia Emily moría por tuberculosis a la temprana edad de 30 años, sin poder continuar así su sueño de ser escritora. Y cinco meses después, en mayo de 1849, fallecía su hermana Anne, autora de «Agnes Grey» y «La inquilina de Wildfell Hall», con sólo 29 años de edad, igualmente víctima de la tuberculosis. Su otra hermana, Charlotte, también escritora y autora de títulos tan conocidos como «Jane Eyre» y «Shirley», fallecería en marzo de 1855 a los 38 años de edad.
Las Brontë formaban parte de una familia tan rebosante de talento como cruelmente marcada por la tragedia. Con sólo 7 años de edad, la pequeña Emily ya había perdido a su madre y a dos hermanas —Maria y Elizabeth, fallecidas también por tuberculosis cuando aún eran apenas unas niñas—. A pesar de sus duras condiciones de vida en el frío y lluvioso condado rural de Yorkshire, al norte de Inglaterra, o precisamente debido a ello, las hermanas Emily, Charlotte y Anne se volcaron en la imaginación y en la escritura para escapar de la realidad, para convertir lo ordinario en extraordinario, para soñar con amores imposibles y días no vividos, para amar y ser amadas con todas sus fuerzas aunque sólo fuera en su imaginación.
Resulta profundamente conmovedor que con una existencia dominada por el viento, el frío, la lluvia, la soledad, el dolor y la muerte entre los desolados páramos de un territorio hostil a la luz y la alegría, el impetuoso y atormentado mundo interior de Emily Brontë creara sin embargo poesía y una apasionada novela que dos siglos después sigue inspirando y emocionando a millones de personas en el mundo entero. En un tiempo en el que no existía la radio, la televisión e internet, y en el que la protagonista apenas tenía ninguna vida social más allá de las misas que ofrecía su severo padre en la pequeña localidad de Haworth donde era clérigo, Emily sólo fue libre al soñar y al escribir; fue libre de la vida que le tocó sufrir y de las estrictas reglas sociales de la época victoriana; fue libre con el pensamiento.
La actriz inglesa Frances O’Connor, conocida por títulos como «Mansfield Park», «Timeline» y «A.I. Inteligencia artificial», debuta como guionista y directora con esta película que, lejos de tratarse de un documental, es un poema cinematográfico dedicado a la figura de Emily Brontë y en la que también vemos su relación con sus hermanas, en una narración que mezcla realidad y ficción para conocer no tanto los hechos sino más bien el espíritu de la joven y rebelde escritora, ambientada en unos escenarios que son un personaje más en la historia, una naturaleza árida y violenta que moldea a los seres que la habitan, pues la tormenta ruge también en sus interiores, especialmente en el de las mujeres como Emily, en un tiempo en el que eran completamente ignoradas por hombres de mucho menor valor que ellas.
Dirigida con una sensibilidad extraordinaria por Frances O’Connor, acompañada por una bellísima banda sonora de Abel Korzeniowski y protagonizada por un excelente reparto encabezado por una prometedora Emma Mackey que borda una interpretación repleta de primeros planos, «Emily» es uno de los mejores largometrajes jamás dedicados a la figura de una escritora. Sólo cabría destacar entre sus defectos la irregularidad de su ritmo narrativo, sobre todo en el tramo medio del film, consecuencia de no haber dejado suficiente metraje sobrante en la sala de montaje, pero el exquisito y sobrio trabajo de fotografía, escenografía y vestuario compensan con creces la parte técnica de esta deliciosa película que alcanza especialmente en su parte final unas maravillosas cotas de amor y compasión por sus personajes, en una obra brillante que emociona y deja una profunda huella en el espectador.
Emily Bronté escribía como quienes nadan con todas sus fuerzas para sobrevivir, para no morir ahogados en el salvaje caudal del río que nos arrastra, y tiene un enorme mérito que Frances O’Connor, junto con su equipo técnico y artístico, hayan conseguido transmitir con tanta elegancia esa visceralidad, esa mezcla de poesía y tormento, de pasión y dolor, acercándonos a ella mientras permanece sola bajo la lluvia, mientras intenta escuchar el oleaje de un mar ausente, mientras anhela sentir el amor que no recibió y tener la vida que no conoció en su corta existencia.
Qué sorprendente es que un espíritu tan arrebatadoramente humano creciera en una tierra tan yerma y qué triste que no tuviera oportunidad de vivir para ser feliz y escribir más literatura, pero su única novela, «Cumbres borrascosas», es una obra inmortal y «Emily» es una película inolvidable, el sentido homenaje que ella se merece.
Valoración: 8/10.
