Ya desde sus comienzos, con títulos como «Barcelona, nit d’estiu» (2013) y «Barcelona, nit d’hivern» (2015), Dani de la Orden se ha caracterizado por ser un director íntimamente interesado por el romanticismo, género que aborda desde la cercanía de sus personajes, la autenticidad de sus escenas y lo cotidiano de sus tramas, retratando siempre las relaciones sentimentales desde el punto de vista más natural posible, es decir, como lo que son, algo que forma parte del día a día de nuestras vidas, alejado de las fantasías artificiosas y excesivamente almibaradas de otro tipo de producciones que más bien parecen una caricatura y no una realidad del amor.
No es de extrañar así que, detrás del aparente argumento económico de su última película, «El test», según el cual sus protagonistas, muy bien interpretados por Alberto San Juan, Miren Ibarguren, Blanca Suárez y Carlos Santos, se debaten durante una intensa cena de amigos sobre el dilema de elegir quedarse con una importante cifra de dinero al instante o esperar a recibir una mucho mayor dentro de unos años, en realidad se esconde un dilema más profundo, sobre las elecciones vitales y, especialmente, las sentimentales. Al final, como muchas veces ocurre, la elección acaba siendo entre el amor y el dinero, entre el ser y el tener.
Y toda la trama de la película, basada en la exitosa obra teatral de Jordi Vallejo, la trata con mucho sentido del humor, que es otro de los pilares en la carrera de Dani de la Orden, autor también de títulos como «El pregón» (2016), «Hasta que la boda nos separe» (2020), «Loco por ella» (2021) y «Mamá o papá» (2021). Pero posiblemente la película de su filmografía con la que comparta más esencia es con «Litus» (2019), sin duda su mejor largometraje hasta la fecha, una comedia dramática tan recomendable como lo es «El test», una película de estilo eminentemente teatral que es capaz de hacernos reír y pensar a la vez con poco más que cuatro personajes y un escenario, pero con un guion tan inteligente como divertido y tan profundo como ameno.
Su ritmo decae en algunos momentos y le sobra ese epílogo festivo-musical en el que se pasa de frenada con el «buenrrollismo», más bien pensando en el aspecto comercial que no en la calidad de la propuesta, pero es del todo perdonable ante los grandes méritos de una comedia muy interesante y entretenida, de las que consiguen que el público salga del cine realmente contento e incluso entusiasmado por haber pasado tan buen rato.
Resulta muy curioso que habiéndose construido con nombres tan grandes como los de Buster Keaton, Charles Chaplin, Harold Lloyd, Jacques Tati, Ernst Lubitsch, Frank Capra, Billy Wilder, Blake Edwards, los Hermanos Marx, Mel Brooks, los Monty Python o Woody Allen, entre muchos otros, el género de la comedia siga siendo generalmente menospreciado en festivales y premios cinematográficos de toda índole, como si el hacer reír fuera una cosa menor y ello le restara relevancia intelectual, cuando en realidad es todo lo contrario. Por esta regla de tres, películas como «El test» recibirán normalmente muchos más elogios por parte del público que premios de la crítica y de la industria, pero ojalá se hicieran más como esta, porque además sabe combinar la comedia y el drama de manera brillante.
Si además de la comedia inteligente, al lector le gusta el cine teatral, del que también hay precedentes de autores y títulos muy grandes que se nos haría ya demasiado extenso mencionar aquí, sin duda «El test» es una propuesta que no debe perderse en la cartelera. Sólo un ejemplo: si le gustó otro reciente éxito del cine español como fue «Sentimental» (Cesc Gay, 2020), corra a ver la película de Dani de la Orden, porque su ánimo lo agradecerá.
Valoración: 7/10.