Opinión
Breves apuntes y reflexiones de cine: Nuestras vidas posibles
Cinefilia, miscelánea cultural, comentarios sobre películas, libros, música, sociedad y más asuntos, siempre con el cine como telón de fondo.
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23 junio 2020
«Melancolía» (Melancholia, Lars von Trier, 2011) es una de las películas más sugerentes, bellas e hipnóticas, y con uno de los finales más hermosos que se hayan rodado nunca. El cine es esto.
22 junio 2020
Siempre es un lujo volver a ver una obra tan onírica, poética y fascinante como «Las vidas posibles de Mr. Nobody» (2009), escrita y dirigida por Jaco Van Dormael, con Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley y Rhys Ifans como protagonistas, pero lo es aún más en estos tiempos de extrema incertidumbre en los que tantas personas se replantean sus vidas y en los que cualquier toma de decisiones resulta aún más crucial en el desarrollo de los acontecimientos. Para pensar en todo ello tenemos aquí una maravilla de película tan íntima como universal, que es de principio a fin un continuo ejercicio de sugestión que nos invita a soñar sobre nuestra propia existencia y los caminos que ésta transita. Al fin y al cabo, no somos nada y lo somos todo.

Jared Leto y Diane Kruger en «Las vidas posibles de Mr. Nobody»
19 junio 2020
«Entre copas» (2004), basada en la novela de Rex Pickett, dirigida por Alexander Payne y protagonizada por Paul Giamatti, Thomas Haden Church, Virginia Madsen y Sandra Oh, es una de esas estupendas películas que apetece ver en cualquier momento con un grupo de amigos y un vino para charlar juntos sobre las cosas de la vida. Normalmente solo hace falta disfrutar de sencillos placeres como estos para encontrarse de maravilla.

Sandra Oh, Thomas Haden Church, Virginia Madsen y Paul Giamatti en «Entre copas»
18 junio 2020
Turismo de Irlanda, el organismo oficial encargado de promocionar la isla de Irlanda como destino turístico, ha aprovechado la estupenda ocasión que le ha ofrecido el estreno de la película «Artemis Fowl» en Disney+ para publicitarse gracias a localizaciones tan espectaculares como la famosa Calzada del Gigante, el castillo de Dunluce o la playa de Whiterocks, monumentales parajes que sirven de escenario a algunas de las escenas de este largometraje de fantasía y aventuras dirigido por Kenneth Branagh y basado en la saga literaria de Eoin Colfer.
Se trata solo del último ejemplo de la enorme importancia que tiene el cine como escaparate e impulso del turismo de una región. Y si además se trata de turismo sostenible, que es hacia donde debería reconvertirse el sector, mucho mejor.

Escena de la película «Artemis Fowl»
17 junio 2020
Escrita y dirigida por Kurt Wimmer, «Equilibrium» (2002), es una interesante cinta de acción y ciencia-ficción inspirada en grandes referentes literarios como «1984» (George Orwell), «Fahrenheit 451» (Ray Bradbury) y «Un mundo feliz» (Aldous Huxley). Su historia nos traslada a un futuro distópico en el que están prohibidas las emociones y se destruyen todo tipo de objetos que las estimulen, incluyendo los libros y cualquier otra obra de arte; de hecho, en una de sus escenas, la policía encuentra y quema el cuadro La Gioconda, de Leonardo da Vinci, que unos opositores al estado totalitario guardaban escondido con el fin de protegerlo.
En otra de sus escenas más conocidas, el personaje interpretado por Sean Bean, un clérigo (miembro del cuerpo de élite destinado a eliminar a los insurgentes) que ha caído en la tentación de sentir las emociones que transmite el arte, muere (cómo no) a manos de su compañero Christian Bale mientras lee un libro de poemas de Yeats y recita unos de sus versos más famosos:
Pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
he tendido mis sueños a tus pies;
pisa suavemente, pues caminas sobre mis sueños.
Una vez más, el cine mostrándonos aquello que podríamos llegar a perder si no lo cuidamos.

Sean Bean en la película «Equilibrium»
16 junio 2020
«El mayor de los excesos posibles consiste en no cometer absolutamente ninguno» (Orson Welles)
12 junio 2020
Basada en la novela del gran escritor de ciencia-ficción Arthur C. Clarke publicada en 1982, el director Peter Hyams estrenó en 1984 la película «2010: Odisea dos», secuela de la obra maestra de Stanley Kubrick que, aun estando a años luz de su precedente en cuanto a calidad y relevancia, no dejaba de poseer numerosas virtudes tanto de forma como de fondo, comenzando por imaginar siquiera en aquellos años de Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que en un futuro no muy lejano ambas potencias serían capaces de colaborar juntas en una misión espacial por un propósito mayor.
Sin embargo, en una de sus escenas más recordadas y más críticas con la triste realidad imperante, los astronautas norteamericanos reciben la orden de recluirse en la nave Discovery mientras que, a su vez, los astronautas soviéticos reciben la misma orden por parte de sus superiores para recluirse en la nave Leonov cuando les llegan noticias desde la Tierra informándoles de que las tensiones entre ambas potencias están al borde del desastre. Lo hilarante de la situación es que se produce con ambas naves espaciales cerca de Júpiter y con un enorme monolito alienígena junto a ellos, toda una metáfora de hasta qué punto las naciones siguen obstinadas en enfrentarse entre sí aunque tengan delante de sus narices retos comunes infinitamente más importantes de entender y afrontar que sus pueriles peleas de patio de colegio.
Si cambiamos a la Unión Soviética por China y al monolito por un virus, vemos que una década después de aquella ficción futurista seguimos por el mismo camino del desencuentro y el despropósito de quienes nos gobiernan.

Fotograma de la película «2010: Odisea dos»
11 junio 2020
«Haced lo que tengáis que hacer para ser felices en esta vida», Meryl Streep en «Los puentes de Madison» (The bridges of Madison County, Clint Eastwood, 1995).

Meryl Streep y Clint Eastwood en «Los puentes de Madison»
